lunes, 27 de abril de 2020

Basilio Sánchez: un poema de He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes

LA luz del mediodía,
como un pájaro ciego,
se sostiene en lo más alto del aire.
Las raíces del mosto sacan agua
de las profundidades de la tierra.

Hay un hermanamiento,
una especie de familiaridad entre las cosas
que conforman el mundo,
como si cada una cuidara de la otra,
como si la alegría en la que viven inmersas
fuera un logro de todas,
la conquista de una comunidad.

Acercarnos con afecto a las cosas
nos permite intimar con lo sagrado
que permanece en ellas.

La mañana está en deuda con la cosecha de las flores.
El que entiende de pájaros entiende de narcisos.



Basilio Sánchez
en He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes.

Premio Loewe. Visor.

María Victoria Atencia: poemas

LA ALMOHADA


TUVIERA yo una piedra suficiente y capaz, 
una almohada preciosa o una piedra 
donde apoyar la sien y soñar o inventarme 
desde mi corazón a tu capricho, 
porque me examinase de amor y me tuvieses 
como a viña sin amo y perra suelta, 
y así una noche más y tantas noches.


FEBRERO

PARECE una ficción, pero es verdad que brota 
del aire, del mismísimo aire, 
cada febrero, un mirlo 
que viene a aposentarse en mi araucaria.
                                                                  Siempre
Digo las mismas cosas, y yo lo sé. La vida, 
mi vida al menos, 
se construye sobre repeticiones. Sólo cambian 
sus mutuas referencia y auxilios. Dios me libre 
de cualquier modo de falsificarme, 
de suplantar el canto o el vuelo de ese mirlo 
ahora que vuelve, tentador, febrero.


LOS VENCEJOS

CUANDO alcen los vencejos, cenital, su desorden 
y la tarde se ponga, de tan insoportable-
mente bella, del color de la lluvia, 
dale a la desmemoria su espacio suficiente, y olvida 
el descanso de ti, y olvídate de ti, y olvídame, 
y ve con ellos, vete con la tarde.

María Victoria Atencia


en Como las cosas claman (antología poética).
Renacimiento.

viernes, 24 de abril de 2020

Javier Salvago: Dos poemas

VOY CONTRA MI INTERÉS INTERÉS AL CONFESARLO

ME quité del alcohol, y cualquier día
me quitaré de la poesía.

Comienzo a estar cansado de problemas,
de arriesgar demasiado en un poema
para sacar tan poco.

Estoy harto de andar, igual que un topo,
siempre escarbando dentro
-cada paso más cerca del infierno-,

mientras la vida pasa,
sobre mí, como un tren que se me escapa.



OTRO EPITAFIO


UNA mala noche
la tiene cualquiera,
y cien y doscientas,
y doscientos días,
y un año y ochenta.
Una mala vida
la tiene cualquiera.




Javier Salvago
en Variaciones y reincidencias (Poesía 1978-2018)
Calle del aire. Renacimiento.