martes, 1 de julio de 2014

Pedro Antonio Martínez Robles: Amanece (I)




ESTE ensayo de luz, esta algarada
de pájaros poblando el aire, ajenos
al ruido de los hombres,
tan fuera de lugar, tan de este modo,
tan fuera de este espacio y de este tiempo.
A veces hay un súbito silencio,
un callarse de máquinas y voces,
y se hace más patente
la presencia del agua en sus regatos,
el vuelo mudo
de las aves bajo esta luz que empieza
a sacarnos despacio de las sombras.
          Mira.
Míralo todo bien, muy lentamente,
pues aún no sé qué formas
guardará mi retina en este instante
en que deje de ser, junto a estas obras,
luz yo también, materia del olvido,
aquí,
junto al mundo que importa y no se advierte,
en estos campos, estos huertos donde,
si aplicas el oído, si escuchas
con atención, oyes crecer la hierba,
sientes crecer el higo y darse en mieles,
ofrecerse a la mano y a la boca
en un humilde ciclo donde todo
se multiplica y cesa en un instante,
donde es un gesto simple la existencia,
un transcurrir sencillo,
sin ambición ni tacto, sin medidas
de lo mundano, atroz, de lo que sobra:
sólo un dejarse llevar, porque aquí
vivir, morir, son una misma cosa.





Pedro Antonio Martínez Robles
en El ámbito de la luz.
Algaida. Poesía.

Premio internacional de poesía José Zorrilla.

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