Menú del día
Señor, sólo nos queda
una cuchara y un cuenco vacío
del que servirse
grandes sorbos de nada
y pretender que eso que come
es una sopa espesa, oscura,
un potaje humeante
en el cuenco vacío.
Simbad el marino
En las noches oscuras del invierno en el campo,
los pobres y los viejos sólo tienen
una luz encendida en sus hogares, tenue
y no fácil de ver,
como quien remó con su bote
muy lejos de la costa
y tras soltar los remos
se recuesta y enciende un cigarrillo
con el mar en calma a su alrededor...,
¿o son más bien campos oscuros
silenciados por la nieve que cae?
Charles Simic
en El lunático
Vaso Roto poesía.
Señor, sólo nos queda
una cuchara y un cuenco vacío
del que servirse
grandes sorbos de nada
y pretender que eso que come
es una sopa espesa, oscura,
un potaje humeante
en el cuenco vacío.
Simbad el marino
En las noches oscuras del invierno en el campo,
los pobres y los viejos sólo tienen
una luz encendida en sus hogares, tenue
y no fácil de ver,
como quien remó con su bote
muy lejos de la costa
y tras soltar los remos
se recuesta y enciende un cigarrillo
con el mar en calma a su alrededor...,
¿o son más bien campos oscuros
silenciados por la nieve que cae?
Charles Simic
en El lunático
Vaso Roto poesía.
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