A Antonio Escohotado
VIOLENTÉ la bisagra
del ver, saqué de quicio
la ventana del alma. Se quebró
la mirada perpleja
en un repunte lívido:
el de la espuma en el crespón del mar,
el de la escarcha en el perfil del cardo.
Lo vi de nieve en la calada nube.
Era una fiebre blanca de puntillas,
un desflecarse el mundo en una fuga
de escalas sin motivo
en abanico roto de infinito.
Vi la costura cruda
de la rosa en esquema.
Vi esa larva encorvada en la liana
del tiempo, nervadura
de la procesionaria que roía
el báculo del juicio.
Miguel Ángel Velasco
En Pólvora en el sueño (Antología)
De La miel salvaje.
Chamán ante el fuego.
VIOLENTÉ la bisagra
del ver, saqué de quicio
la ventana del alma. Se quebró
la mirada perpleja
en un repunte lívido:
el de la espuma en el crespón del mar,
el de la escarcha en el perfil del cardo.
Lo vi de nieve en la calada nube.
Era una fiebre blanca de puntillas,
un desflecarse el mundo en una fuga
de escalas sin motivo
en abanico roto de infinito.
Vi la costura cruda
de la rosa en esquema.
Vi esa larva encorvada en la liana
del tiempo, nervadura
de la procesionaria que roía
el báculo del juicio.
Miguel Ángel Velasco
En Pólvora en el sueño (Antología)
De La miel salvaje.
Chamán ante el fuego.
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