Cuando era más joven y más vulnerable, mí padre me dio un consejo en el que no he dejado de pensar desde entonces.
"Siempre que sientas deseos de criticar a alguien", me dijo" recuerda que no a todo el mundo se le han dado tantas facilidades como a ti".
Por lo que, Después de haber presumido de mi tolerancia, he de confesar que tiene un límite. El comportamiento puede estar fundado sobre roca o en terreno pantanoso, pero más allá de cierto punto me da lo mismo cuál sea su base. Cuando volví de la costa Este el otoño pasado noté que deseaba vestir al mundo de uniforme para que adoptara de una vez por todas algo así como una «posición de firme moral; no deseaba más desenfrenadas excursiones con privilegiados vislumbres del alma humana. Tan sólo Gatsby, el hombre que da título a este libro, quedaba al margen de aquella reacción mía: Gatsby, que representaba todo aquello que desprecio sinceramente. Si la personalidad es una serie ininterrumpida de gestos que tienen éxito, no hay duda de que había algo espléndido en él, cierta exaltada sensibilidad ante las promesas de la vida, como sí estuviera conectado a uno de esos complicados mecanismos que registran terremotos producidos a quince mil kilómetros de distancia. Esa sensibilidad no tiene nada que ver con la floja impresionabilidad a la que se procura ennoblecer llamándola temperamento creador»: el de Gatsby era un don extraordinario para la esperanza, una disponibilidad romántica como nunca he hallado en otra persona y no es probable que vuelva a encontrar. No; Gatsby demostró su valía al final; fue lo que se cebó en él, el sucio polvo que levantaron sus sueños lo que provocó durante algún tiempo mi desinterés por las penas infructuosas y las alegrías alicortas de los seres humanos.
Francis Scott Fitzgerald.
El gran Gatsby.
Editorial Alfaguara.
Tradución de José Luis López Muñoz.
¡Jope! (que dirían las niñas bien) Lo mismo te tiras días sin darnos de comer que nos echas dos gamellas pa que nos hinchemos...
ResponderEliminarMáscara de hierro.
El cine también es arte, no seas tan clasicorro y pon un fragmento de la peli definitiva (la de 1974 con Robert Redford y Mia Farrow), este es el enlace:http://www.youtube.com/watch?v=TW4WJ6tpZeA
ResponderEliminarComo veis puedo ser casi moderno.
ResponderEliminarDe moderno sólo tienes las gafas...
ResponderEliminarpero se agradecen los fragmentos con los que nos deleitas.
Imagino que sabes quien soy.
¿Gafas? Pues serán de sol porque que yo sepa el Sr. Aguilar aún tiene buena vista. Y sí que se ha modernizado, sí, y que siga así que se hace más entretenido. La película es buena pero en inglés no comprendo.
ResponderEliminarBueno, bueno, creo que este debate sobre mi posible modernidad no está siendo todo lo sabroso que podría ser. Moderno o no, aquí estoy, que no es poco y, como decía un amigo, opiniones hay muchas, pero verdad sólo hay una.
ResponderEliminarÝo creo que hay tantas verdades como opiniones. El mismo Gastbi, que escucha los rollos de todo el mundo, puede dar fe.
ResponderEliminarMe refería a las gafas molonas que llevas en la foto del blog, pero es una broma. Después de tantos años de conocernos, aún sigues sin saber que soy bromista.
ES el inicio del libro o del film?? necesito la respuesta es urgente. Muchas gracias de antemano
ResponderEliminarun saludo
Querido PMagro, este es el comienzo de la novela, que leí con verdadero placer hace ya algún tiempo.
ResponderEliminarEspero que te sirva. No he visto la película y creo que ahora puede ser un buen momento.