lunes, 23 de diciembre de 2019

Ángel Paniagua: Y por favor no lean a Vallejo

Sigan dándole vueltas al oscuro 
misterio de los astros, al tranquilo 
discurrir -tan terriblemente ajeno- 
de las horas, al lento sucederse 
de los años sobre las estaciones 
cada vez más iguales y propensas 
a extraños cataclismos; sigan dándole 
vueltas y buscando en ese gesto 
displicente y cansado con que el mundo 
nos mira, hormigas crédulas, cigarras 
engreídas que nada ven u oyen 
de lo que se nos viene encima, aquéllas 
afanadas colmando sus estrechos 
hormigueros para el invierno y éstas 
absortas en su cháchara ruidosa, 
disfrutando el calor de un sol con fecha 
-no por lejana menos inquietante, 
segura y cierta- de caducidad.

Sigan, sigan quitándose de en medio 
los obstáculos para su insaciable 
afán de construir, de perforar 
de organizarlo todo a su manera 
para un futuro estable. Del presente 
no vayan a acordarse ahora, sólo 
supondría un obstáculo y tendrían 
que quitarlo también de en medio, igual 
que las selvas inmensas donde apenas 
algunos centenares de salvajes 
-recelosos y sin civilizar-
se empeñan en seguir siendo el estorbo 
mayor a su tarea.
                                   No claudiquen
-les suplico- en su empeño, aunque falten 
todavía unos cuatro mil millones 
de años hasta que ese mismo sol 
que sigue iluminando sus hazañas, 
se convierta en estrella roja y borre, 
abrase con su fuego, engulla toda 
huella de este planeta. Mucho tiempo, 
¿verdad? Por eso -insisto- sigan dándole 
forma a ese inefable paraíso, 
confiados en el agradecimiento 
de las generaciones venideras.

No van caso de nuestra pobre cháchara 
desencantada, sigan adelante 
y, por favor, no lean a Vallejo 
ni a Szymborska, ni a Milosz, ni a ninguno 
de sus torpes, inútiles congéneres:
ya se irán -como las cigarras- cuando
no quede ningún árbol desde donde 
parlotear en contra del progreso.


Ángel Paniagua
en Debajo de los días.
Raspabook.

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