domingo, 29 de octubre de 2023

José Daniel Espejo: Mi familia fantasma y mi...

 Mi familia fantasma y mi

familia de carne ejercen su custodia

sobre mí / ya que no se hablan 

pero nada ha cambiado: en la casa

de los muertos mi hijo me sigue

llamando a gritos mi madre cose

y mi mujer me mira sonriendo con cara

de de dónde has salido tú / solo reina

un incómodo silencio cuando hablo de aquellos /

de los vivos / me recuerdan mi apellido

-solo uno- y me demandan

que tengo que llamarlos más / pero tal vez

es peor lo de los otros, los de carne:

nunca nombran a los muertos ante mí

imponen su nevada sobre tierra baldía

abren mucho los ojos si insisto en mencionarlos

me confinan al presente como a un loco

para ponerme de su lado para siempre /

está claro que todos me quieren /

simplemente no quieren que me ausente

porque son incapaces de acompañarme /

en la casa de los muertos hay juguetes

con los que nadie juega ya y es verdad que nadie

juega ya




José Daniel Espejo

en Perro fantasma.

Candaya.

viernes, 27 de octubre de 2023

Mª Carmen Ruiz Guerrero: LAS SILLAS NOS RECIBÍAN COMO


LAS SILLAS NOS RECIBÍAN COMO

soldados en guardia, rojas y en silencio

a ambos lados del pasillo.

La guardia real, vestida de gala.

 Sillas donde no envejecer ni mecer 

a los nietos. Hablaban del pasado, 

de lo que no se tuvo, 

de lo que se echó en falta, 

del miedo a regresar y perderlo todo.

Nunca del calor, de las palabras pronunciadas 

ni de la emoción de ser vagón 

en un tren de juegos infantiles.

Prohibido acercase, prohibido moverlas.

Las sillas de la abuela habían nacido de espaldas.



Mª Carmen Ruiz Guerrero

en Brocal y voraz.

La Garúa. 

jueves, 12 de octubre de 2023

Cristina Morano: Mis padres y mis madres

 Cuando mis madres fregaban 

las cucharas después de las comidas 

tenían los dedos llagados por el frío.

Cuando mis padres se vestían 

para salir a trabajar de madrugada 

tenían las manos y la garganta 

llagadas por el frío.

Preguntaban porqué 

la división de la desgracia 

si tan idéntica la herida.


Yo quise decidir mis propias llagas 

futuras y elegir por cuál de ellos: 

por el trabajo duro en los oficios, 

por el duro trabajo de las casas.


Mis padres y mis padres soy 

desde entonces sin tregua.

Las manos destruidas del trabajo 

me las rompo también en las labores 

internas del cuidado.

Y si merezco un lecho, es heredad 

de unas y de otros, soledades 

comunes de mi clase.




Cristina Morano

En En tanto que mujeres.

Editorial la imprenta.

Cristina Peri Rossi: Verbo melancolía


 Yo melancolizo tú melancolizas

Nosotras melancolizamos 

vosotros melancolizáis: 

es la vida intensa 

hermosa y fea 

cruel o dulce 

tierna y violenta 

son los deseos que se evaporan 

como agua de lluvia 

pero dejan huellas como rocas. 

Es que nos morimos irremediablemente.

Es que las palabras se las lleva el viento 

si n se escriben en piedra en granito en papiro.

Es que estamos solos hasta cuando somos dos.



Cristina Peri Rossi

En La Ronda de la vida.

Visor poesía.

martes, 15 de agosto de 2023

Rafael Cadenas: Ocurre que después...

 Ocurre que después del laborioso forcejear

el poema

están donde menos se esperaba,

donde nadie lo buscó,

donde no se ve,

en el rincón más apagado.


Vino a dar ahí

burlando al que escribía, al lector, a la página.

Se deslizó hasta ese lugar

donde de pronto

es descubierto.

Aquí,

dice una voz queda.

Oculto

como un niño

en un cuarto

donde se guardan viejos muebles.




Rafael Cadenas

en Florecemos en un abismo. Poemas.

Fondo de Cultura Económica.

Laura Sam: Cuarto. Mi suerte es un árbol. Me lleno me lleno de olvido las manos. Para ti el tesoro, para mí la tierra. Quebranta quebranta quebranta

 Vamos 

poco a poco hasta la nada.

Vamos libres de memoria

poco a poco.


Vamos a partir en mil la estrella

 a ser noche sin clamor

rayo que no cesa.


Vamos.

con rostros de niños sin nombre

con la cara de una madre entre los labios

vamos

mas ti can do.

Izando la bandera negra de la fábula

de brazos en cruz y paloma blanca

de factura de luz

plato frío

poco a poco hasta l a nada

vamos todos.


Pregúntate cómo

transita la soledad las líneas azules de tu mano

y esconde entre el rubor de los andenes

tu abandono de cortinas   de sílice  trabajo

ojeras llenas de te amo

¿sabes?

de tanto que amo

derramo al tocarme un licor de amapola

aúllo animales bestiales

camino

caníbal de los campos

buscando el hogar de la astilla en la mano

el sol de las tres de la tarde

de tanto que amo 

me borra      te borra

nos come la luz que no celebraste esa tarde amarilla

¿te acuerdas?

nos vive la noche dormidos de -nunca en la vida-

te odio    de tanto que amo

derramo al tocarme un licor de amapola


enloquezco de odiar lo imposible

mientras todo hablan y sienten

sienten y viven

viven y mienten

mienten y

convencen.


Entrego mi última orilla a quien sabe

que de pájaro a cadena basta una idea

que de cadena a rayo un signo

un viento cruel golpeando las aguas

un impulso violento

un saberse de bruces contra una

humana contra una

son máquina    sin tierra

sin ser

sin ser

sin ser

somos alondra en la cima del árbol más solo

quebranta

quebranta

quegranta

 y en las partes más humildes

busca el átomo del tiempo

quebranta relojes y templos

     creencias    opiniones    distancias    rutinas

quebranta hasta el fin y retoma el camino

despeja el otoño de hojas de bronce y deja

que el frío nos lleve al principio

nos lleve al estatus de inmóvil caricia

hierático impulsa de vida.

Respira

cuando cerca de ti solo queden cenizas

cuando todo esté gris de cansancio y pidan

descenso las nubes

la tierra raíz y el aire silencio

respira y quebranta el aguante

el intento    la guerra   lo políticamente correcto

quémalo todo y sé

vigía de blanca silueta y estigmas de coral

de mala educación

abrazo digital    bolsas de la compra    caras de metro

suspiro de ascensor

papel

fotocopia

papel

fotocopia

 papel

-firme aquí-

recuerda

apunta

dispara si puedes

resiste si entiendes

que solo merece la pena    si sabes

que solo merece la pena.


Que el cuervo de verdes alcances

volaba porque no discutió con nadie sus alas y ahora

ahora planea paisajes de un negro distinto

más plomo y marfil que otras veces

vuelve

esperpento de los cielos


semilla del alba imagina que posa su garra en la trampa

y no se doblega al suicidio    al sistema    mecánica

inversa

la samgre circucla en el sentido contrario de las agujas de tu alma

la garra apresa la farsa y no se somete 

no se reconoce en vosotras ni en vosotros

no confía en nosotras

el pájaro ciego remonta la briza y así

así sobrevive entre ciudades

ríos y montañas

desiertos y campos 

siembras y sed

y cuando mira al cielo

reconoce lo que nunca alcanzará

así sobrevive sobre a lo humano

el ave que quiso llevarnos con ella

que quiso entender el lenguaje primero

que quiso alejarnos del ojo divino

del velo hechicero que ondea el futuro

que quiso    y no pudo

así sobrevive


quebranta    quebranta    y espera.



Laura Sam

en Incendiaria.

Arrebato libros.

José Alcaraz: Clase vacía

No hay nada más en paz que una clase vacía
al poco de marcharse los alumnos.
No es cosa del silencio: aún algunas voces
suenan por los pasillos, un murmullo
de caracolas huecas te rodea. Más bien,
se trata de tibieza, un calor laborioso
subiendo a tu saliva. Las mesas, en penumbra;
tus ojos, en papeles muy usados.
Levantas la mirada, casi ausente,
perdida en la pared. La pizarra, detrás
es una masa oscura que te absorbe
cuando nada parece de verdad. Pero el aula,
entonces, sigue ahí. Y tú, en ella.
Y en ti, su paz, al poco de marcharte.



José Alcaraz
en Las demoras
La veleta.
Granada 2023.

jueves, 29 de junio de 2023

Antonio Rodríguez Jiménez_Bailando en la azotea

 ALGUIEN está bailando en la azotea

sin que lo mire nadie. Está desnudo.

Sus brazos piden lluvia;

sus pies pisan el fuego

de un sol que se demora.


Alguien baila en lo alto de una casa.

Su voz es como el aire,

transparente;

su esfuerzo se evapora

y alimenta las nubes.


Alguien está bailando en la azotea

con un ritmo distinto al de los cláxones.

Quizá espera que el viento lleve un día

su canción por el mundo o caiga al suelo

su soledad en forma de tormenta.


Alguien está bailando en la azotea

sin que lo mire nadie. Por debajo

pasa el tren impasible de la vida.




Antonio Rodríguez Jiménez

en Bailando en la azotea.

Renacimiento.


lunes, 29 de mayo de 2023

Adam Zagajewski: Dos poemas de Verdadera vida.

 DROTTNINGHOLM


Una fotografía de hace años: mis padres

ante el palacio de Drottningholm

cerca de Estocolmo.

Era tal vez en septiembre,

un mes de despedidas y éxtasis.


Padre con una corbata

y el pañuelo de madre

(la elegancia de antes del 68).

Me miran con atención,

amigablemente, con mimo.


Y más arriba, encima de ellos,

las indiferentes nubes grises

y un poco de sol que ilumina

las siluetas de los turistas. Uno

quisiera entrar en su corazón.

____________


HIGOS


Los higos son dulces, pero duran poco.

Se echan a perder rápido al transportarlos,

dice el propietario de la tienda.

Como los besos, añade su mujer,

una viejecita encorvada de alegres ojos.




Adam Zagajewski

en Verdadera vida.

Acantilado.

Traducción de Xavier Farré.

domingo, 28 de mayo de 2023

Carlos Marzal: Blindaje

 Soy casi indestructible, porque tuve

una niñez feliz, 

                            porque me amaron 

y supe que me amaban, y aún lo sé.


Soy casi invulnerable, 

                                    cuando tengo 

a mis hijos en b razón, y procuro 

que sepan que los amo, y amaré.


Soy casi irreductible, porque vivo 

de rescatar al niño aquel que fui. 

La infancia es el sustento de mi fe.



Carlos Marzal

En Euforia.

Tuesquets. 

sábado, 13 de mayo de 2023

Carlos Marzal: Metal pesado

 Igual que sucedía, siendo niños,

con las mágicas gotas de mercurio,

que se multiplicaban imposibles

en una perturbada geometría,

al romperse el termómetro, y daban a la fiebre

una pátina más de irrealidad,

el clima incomprensible de los relojes blandos.

 

Algo de ese fenómeno concierne a nuestra alma.

En un sentido estricto, cada cual

es obra de un sinfín de multiplicaciones,

de errores de la especie, de conquistas

contra la oscuridad. Un individuo

es en su anonimato una obra de arte,

un atávico mapa del tesoro

tatuado en la piel de las genealogías

y que lleva hasta él mismo a sangre y fuego.

 

    No hay nada que no hayamos recibido

ni nada que no demos en herencia.


    Existe una razón para sentir orgullo

en mitad de esta fiebre que no acaba.

 

Somos custodios de un metal pesado,

lujosas gotas de mercurio amante.

 


Carlos Marzal 

en Metales pesados,

recogido en la antología Sin porqué ni adónde.

viernes, 7 de abril de 2023

Carmelo Guillén Acosta: Mi más hermoso sueño

 Mi más hermoso sueño en esta vida

nada tiene que ver ni con valerme

por mí mismo llegada la vejez,

ni menos con huir del sufrimiento

o con acariciar la vanagloria,

que todo eso se queda en el camino.

Mi más hermoso sueño es, no lo dudo,

vivir hasta el final como hasta ahora,

volcado en el cariño de los míos,

sin otra voluntad que la de darme

y recibir amor, hecho a la idea

de que no existe otra eternidad.




Carmelo Guillén Acosta

en Estado de gracia. 

Editorial Renacimiento.

domingo, 19 de marzo de 2023

Lola Tórtola: De Perséfone

 Sí comí,

y era dulce y roja y fresca.

Sí comí, Deméter madre,

donde espumoso el mar.


Aún sangra entre los labios

el grano de la granada y es

ahora el tinte que mancha

el suelo de esta casa.


Desde entonces

como una hoja de sílice la tierra nos corta,

brutal y verano en que el solo caza.


De entre las rocas llegó un dios

y yo comí de su boca.


Lola Tórtola 

en Los dioses destruidos.

Colección Adonáis. Rialp.



https://twitter.com/i/status/1637023191628492800


domingo, 12 de febrero de 2023

Fulgencio Antonio López Agüera : Catulo, a propósito

 No temas que el deseo en ti despierte

recelo, desazón, melancolía:

amémonos sin miedo, Lesbia mía,

y juntos, desafiemos a la muerte.


Yo soy de los que creen que la suerte

sonríe a quienes tienen la osadía

de amar con diurnidad y alevosía,

pues lo que no nos mata nos pervierte.


Perdamos los modales y el respeto,

bebamos, rodeémonos de flores

sin miedo a sucumbir a los excesos


y lejos de envidiosos y aojadores,

escapemos sin rumbo y en secreto

muramos coronándonos de besos.




Fulgencio Antonio López Agüera

en Del tiempo y su miseria.

Pre-textos. Premio Villa de Cox

Ada Salas: Bañistas

 Ha pasado la noche y ahora

te desnudas

de pie junto al estanque. Una prenda

tras otras

-la noche era un temblor y te has quitado

tanto peso de encima-. Pero acaso

también

cierto pudor. O no. Es más fácil

así

-así es como si 

te hicieras del paisaje-. Hay cierto

escalofrío. Cierta duda y acudes

a Giorgione a Tiziano

y todo es de nuevo

natural. Es todo muy hermoso y te detienes

respirar la hermosura. Levantas el talón. Un gesto

tan suave

como

el de Flora o Diana

en

los frescos de Pompeya

como 

el de Eurídice

en

el relieve que, sí, canta Rilke

                                                -allí estaba

en

los sótanos de Nápoles

hablando

de una despedida-. Levantas el talón

decía y suavemente

te adentras en el agua. Hay un cielo entre gris

y rosado

y asoma entre las nubes un azul

que nunca has conocido.


Ada Salas

en Arqueología.

Pre-textos. Colección Cruz del Sur.

lunes, 2 de enero de 2023

Cristina Peri Rossi: Exilio


A los veintinueve años me exilié 
con pocas cosas: 
una maleta vieja 
(tan vieja como la de Walter Benjamin 
como la de Antonio Machado) 
un libro de versos inéditos 
y muchas hojas en blanco 
Lloraba en los andenes 
lloraba en la calle Balmes 
Barcelona 
hija putativa de Vallejo. 
Cristóbal Toral pintó todas las maletas 
del exilio 
de los inmigrantes 
yo me perdí en las calles de una ciudad 
Barcelona 
que va a dar al mar 
que es el morir y navegué en sueños 
que no tienen fronteras 
El amor fue la barca 
Eros el barquero.




Cristina Peri Rossi
en Las replicantes.
Cálamo poesía.