martes, 19 de febrero de 2008

Salva Robles: Poemas de Y tú, por tanto...

LIFESTYLE DIFERENCIADOR


La mujer que se ponía (y no se quitaba) vaqueros,
la mujer que inventó la sinrazón de la voz alzada,
la mujer apegada al mecanismo
gestual con dedos inalámbricos,
la mujer de dientes separados,
la mujer que se hace eco entre los huecos,
la mujer del cigarro de antes para después,
la mujer de gusto ecléctico
y la mirada versátil,
la mujer ciudad y un cuento
"que si no me cuentas, reviento",
la mujer que dejó de ser su mero reflejo
para reflejarse en los lienzos inquietos,
la mujer que abandonó la vocación solitaria
para compartirla equitativamente
(integrando al hombre que la piensa)
en su particular iconografía.



PETICIÓN (3)


El telón de fondo del amor
debe estar construido de lo que nos circunda;
por eso, no olvidemos, vida mía,
que más allá de nosotros
están los semáforos, el lavavajillas,
los bandos y la ropa para planchar.



PETICIÓN (5)


Para lo que acabamos de inventar
habría que comprar un mobiliario
en el que rebotaran las batallas
del mundo que ahora no imaginamos.


Salva Robles Carrasco
en Y tú, por tanto, otra cosa
(libro de poemas contagiados)
Aurea Verba.

5 comentarios:

Anabel dijo...

Me encantan los poemas de Salva. Creo que he leído el poemario al menos en tres ocasiones y he vuelto a algunos de ellos otras innumerables veces porque están llenos de imágenes cotidianas a la vez que hermosas, movedoras y conmovedoras, quiero +++++++++++

Anónimo dijo...

Estos sí me están gustando.

Antonio Aguilar dijo...

Lógico que te gusten. Estos poemas están escritos con desde una verdad literaria difícilmente cuestionable. Aliento. Dominio de las formas. Emoción...

Antonio Aguilar dijo...

Pues hay más en Y tú, por tanto, otra cosa. Además Salva está preparado un libro de cuentos. Un libro de cuentos especial porque lleva regalo y que verá la luz en breve. Además ya está publicando poemas de un nuevo libro, puedes leer alguno en la revista digital elcoloquiodelosperros.net.

ddhhrr dijo...

Al leerte, te he reconocido tal y como te recordaba; igual que aquella última tarde en la estación. Enhorabuena, tu poesía es como tú.