martes, 3 de julio de 2007

Hablar en la cama

Hablar en la cama debería ser tan fácil
después de tanto tiempo durmiendo juntos,
emblema de dos personas viviendo con honestidad.

Pero cada vez pasamos más tiempo en silencio.
Fuera, la incompleta desazón del viento
reúne y dispersa nubes por el cielo,

y oscuras poblaciones se apiñan en el horizonte.
A todo eso le somos indiferentes. Nada explica por qué,
a esta singular distancia de la soledad,

cada vez es más difícil encontrar
palabras que sean sinceras y agradables,
o no insinceras y desagradables.

Philip Larkin
en Las bodas de Pentecostés.
Lumen.
Traducción de Damián Alou.