Ulises
No pierda una oportunidad única.
Demuestre a todos los demás que usted
no va a naufragar donde otros sí lo han hecho.
Al cabo de una larga noche de trabajo
dos cadáveres, dos niños, quizá humanos,
quizá ayer jugaron a imaginar bolas de miel,
surcar los mares.
Al final la vetusta barcaza
no consiguió resistir el envite de las sirenas.
Imaginar nunca fue gratuito
y normalmente los sueños retornan a la realidad.
Vigilia
¿Quién no ama a una flor del desierto?
¿Quién no va a admirar algo capaz
de crecer en el desierto, de mantenerse
vivo, de tener espinas?
Relatadme los ritmos circadianos,
de las incontables noches de vigilia,
de la incuestionable disidencia.
Con todo este ruido de fondo
Sólo queda convertirnos en poema,
nadie a la espera.
Sin señal alguna.
Vicente Velasco Montoya
En Con todo este ruido de fondo o El imperio de las luciérnagas.
Chaman ediciones.
No pierda una oportunidad única.
Demuestre a todos los demás que usted
no va a naufragar donde otros sí lo han hecho.
Al cabo de una larga noche de trabajo
dos cadáveres, dos niños, quizá humanos,
quizá ayer jugaron a imaginar bolas de miel,
surcar los mares.
Al final la vetusta barcaza
no consiguió resistir el envite de las sirenas.
Imaginar nunca fue gratuito
y normalmente los sueños retornan a la realidad.
Vigilia
¿Quién no ama a una flor del desierto?
¿Quién no va a admirar algo capaz
de crecer en el desierto, de mantenerse
vivo, de tener espinas?
Relatadme los ritmos circadianos,
de las incontables noches de vigilia,
de la incuestionable disidencia.
Con todo este ruido de fondo
Sólo queda convertirnos en poema,
nadie a la espera.
Sin señal alguna.
Vicente Velasco Montoya
En Con todo este ruido de fondo o El imperio de las luciérnagas.
Chaman ediciones.