jueves, 23 de enero de 2020

Erri De Luca: Fragmento de Relato de uno

Ellos nos defienden,
son como el fruto protegiendo al árbol.

Quieren mandarnos de vuelta, preguntan de dónde vengo,
qué lugar he dejado tras los hombros.

Doy la espalda, esto es todo el camino que me queda,
se ofenden, para ellos no es una segunda cara.

Nosotros honramos la nuca, por donde se precipita el futuro
que no estaba delante, pero llega desde atrás y lo derriba todo.

Debes volver a casa. Si tuviera una, allí estaría.
Tampoco los asesinos nos quieren de vuelta.

Quieren meternos de nuevo dentro de la barca, expulsarnos de entre los hombres,
no somos bultos que enviar y tú, norte, no eres digno de ti mismo.

Nuestra tierra tragada no existe bajo los pies,
nuestra patria es una barca, una cáscara abierta.

Podéis negaros y no enviarnos de vuelta,
el viaje es ceniza dispersa, nosotros somos sólo ida.

Erri De Luca
En Sólo ida. Poesía completa.
Traducción y prólogo de Fernando Valverde.
Seix Barral. Los tres Mundos. Poesía.

martes, 21 de enero de 2020

Antonio Soto: A Menfis

CARNE somos, Menfis
ríos de sangre
recorren el alma;
en sus frágiles alas nos llevan
de un lugar a otro.
Fuertes en el amor
contemplamos el mundo.
Mas qué poco somos
cuando este nos abandona.
Ícaros de nuestros sueños,
nuestras alas se derriten,
y un abismo sin fin
nos abre sus fauces,
en una caída sin retorno.

Antonio Soto
En A Menfis.
Editorial Huerga & Fierro. Signos.

domingo, 19 de enero de 2020

Julián Rodríguez: Dos poemas de una extraña ciencia

DEFENSA PROPIA

Como una cerilla encendida
en mitad de la noche, un poema
ilumina tan sólo un instante
la oscuridad que nos rodea.

Pero no olvides nunca
que también puede hacer que todo arda.


EN EL CAMINO

Nuestro maltrecho equipaje volvió a amontonarse en la acera; todavía nos quedaba mucho camino. Pero no nos importaba: la carretera es la vida.
JACK KEROUAC

Así que, ya lo sabes, desabrocha
la insinuante cremallera del tiempo
con lentitud de amante ejercitado,
palmo a palmo, sintiendo el hormigueo
prometido de la carne en la carne
y el ardor entusiasta de la espera,
no te importe no hallar nada tras ella.

Julián Rodríguez
en Una extraña ciencia.
Editorial Hiperión.

Peter Sirr: dos poemas de Las secuencias libres.

Destrozada La tipa de la cisterna, revelando
los acuosos motores, las misteriosas instrucciones.
Este sifón se encuentra listo para una completa purga.
Para una doble purga retirar el enchufe
localizado encima del cuenco del sifón.
¡Ah las informaciones que esperan su momento,
palabras recogidas juntas para portarse bien,
rezando para que aparezca alguien, sufriendo por contar

cómo funciona el mundo! Presionar la palanca
enfrente de tu rostro, y sujetar tus manos en la corriente higiénica.
En caso de querer secarte el pelo,
manipular el trasto del acero, inclinar tu cabeza hacia mí,

dejar que te sostenga indefensa en mis brazos.
¿Cómo has estado? ¿A dónde has llegado?
Yo me he mostrado alegre y triste. Déjame
mirarte, tus cabeza agitándose incrédula, tus mejillas ardientes de deseo.

____

AHORA está nevando débilmente
hace un tremendo frío
No resulta fácil comprender
lo que tú dices, difícil decir
lo que yo ahora estoy pensando
También es un invierno de lenguaje
nuestros días se oscurecen hacia él.


Peter Sirr
en Las Secuencias libres.
Traducción de Lorenzo Plana.
Editorial Pre-textos, colección La cruz del sur.

martes, 14 de enero de 2020

Jose Óscar López: Tren de los dormidos


DORMÍ en el tren que me llevaba
a la ciudad de los despiertos, 
viajaba en el tren de los locos, 
de los seres ridículos 
que hacen pantomimas 
en medio de los serios ejercicios 
de la razón y la moral.

Tuve sueños ridículos, 
me retorcí mientras dormía, 
soñé como quien escurre limones, 
como el que agita el limonero 
gigante de sus pesadillas, 
ácido y fluorescente 
en medio de la noche 
serena de la inteligencia.

Brilla mi limonero, como un faro 
me avisa de la costas escarpadas 
donde terminan encallando 
los más magníficos barcos frutales 
para esparcir la fruta delirante 
de sus bodegas por el mar.

Un mar como una tanqueta de ácido.

Un ácido devota todo lo conveniente, 
lo que debe considerarse 
para llegar a alguna meta de verdad.

Corrí, corría en los campos del sueño, 
corría y me agitaba, y fui ridículo, 
quise librarme de mis ropas 
de durmiente que duerme mal.

Dormí, dormía, hice mal.
Nadie dormía allí hacia donde iba.

Iban a recibirme muecas de desagrado, 
yo era un río de vinagre 
entre isletas de gominola.

Son cosa seria, los payasos, 
¿caso no nos esperabais, 
señor, a los payasos?

Andamos todo el día 
durmiendo y despeñándonos 
en el abismo abierto 
entre nuestro perenne sueño 
y la despierta realidad.

Ah qué risibles somos, qué ridículos.

Lloramos zumo de limón, 
estamos mareados, 
ha sido un viaje horrible.

Y empezamos a tropezar, 
por todas partes nos caemos.

Llegan las carcajadas.
Oh, sí, señor, al fin
hablamos una misma lengua.

Los despiertos soñaban 
con ver una vez más, cientos de veces, 
nuestro espectáculo grotesco, 
y todos los dormidos 
fuimos recibidos por fin, 
con todos los honores, 
en el reino de la vigilia.


José Óscar López
En Animal fabuloso.
Chamán.