uno donde las autoridades me busquen
y no haya perímetro de fuga posible.
Un poema donde todo el universo
y sus satélites y los contrarios también
y todos los poetas
conspiren contra mí.
Para que así una noche me tengas,
para que me esposen a tus manos
y ya no importe el resto,
sin distancias ni conflictos.
Una sola noche nos basta,
unas horas quizá, tal vez ocho.
Escríbelo y ponme ahí,
atada a tu boca, metida en tu pecho,
fijos en tus ojos mis ojos de gata.
Noelia Illán Conesa
En Volver a brindar con extraños.
La Montaña mágica/Calblanque libros.
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