El poema puede irse por las ramas.
Por eso hay que podarlo,
multiplicar caminos en su origen
para que tome fuerza.
Los brotes que no están también en fruto.
Y, en el filo
de la hoja que fue
y se llevó el viento,
se hace un corte la luz y habla su herida.
El tronco es lo fatal,
la forma de aspirar a darlo al aire.
Cada cual que entra en él
trae consigo su fronda:
la parta de este árbol -que no es árbol-
que no se ve
pero que más se mueve.
Lorenzo Oliván
en Para una teoría de las distancias.
Tusquets editores.
Por eso hay que podarlo,
multiplicar caminos en su origen
para que tome fuerza.
Los brotes que no están también en fruto.
Y, en el filo
de la hoja que fue
y se llevó el viento,
se hace un corte la luz y habla su herida.
El tronco es lo fatal,
la forma de aspirar a darlo al aire.
Cada cual que entra en él
trae consigo su fronda:
la parta de este árbol -que no es árbol-
que no se ve
pero que más se mueve.
Lorenzo Oliván
en Para una teoría de las distancias.
Tusquets editores.
1 comentario:
No creo que sea una buena idea un poema que trata del poema.
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