LA ALMOHADA
TUVIERA yo una piedra suficiente y capaz,
una almohada preciosa o una piedra
donde apoyar la sien y soñar o inventarme
desde mi corazón a tu capricho,
porque me examinase de amor y me tuvieses
como a viña sin amo y perra suelta,
y así una noche más y tantas noches.
FEBRERO
PARECE una ficción, pero es verdad que brota
del aire, del mismísimo aire,
cada febrero, un mirlo
que viene a aposentarse en mi araucaria.
Siempre
Digo las mismas cosas, y yo lo sé. La vida,
mi vida al menos,
se construye sobre repeticiones. Sólo cambian
sus mutuas referencia y auxilios. Dios me libre
de cualquier modo de falsificarme,
de suplantar el canto o el vuelo de ese mirlo
ahora que vuelve, tentador, febrero.
LOS VENCEJOS
CUANDO alcen los vencejos, cenital, su desorden
y la tarde se ponga, de tan insoportable-
mente bella, del color de la lluvia,
dale a la desmemoria su espacio suficiente, y olvida
el descanso de ti, y olvídate de ti, y olvídame,
y ve con ellos, vete con la tarde.
María Victoria Atencia
Renacimiento.
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