en el bosque resplandeciente
escucho el canto del tordo
que sólo está de paso.
su gorjeo es profundo,
después se eleva hasta que parece
caer del cielo.
Me emociona.
Me hace sentir agradecida.
Entonces, al final de la mañana
se ha marchado, nada salvo el silencio
del árbol
donde descansó una noche.
Y me parece aceptable.
No lo suficiente es un vida pobre.
Pero demasiado es, bueno, demasiado.
Imaginen a Verdi o a Mahler
todos los días, todo el día.
Dejaría exhausto a cualquiera.
Mary Oliver
en A thousand Mornings (Mil mañanas)
Traducción de Nieves García Prados.
Valparaíso ediciones.
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