MASCULINIDAD
Crezco y es grande la desilusión:
las orejas son las de mi padre.
VENENO
Toco el piano para e oigas
Do-re-mi-fa-sol
Y tu orgullo electrifique
los guantes de podar.
Y de la tela de los guantes
salga un rayo
que parta en dos el ciprés,
la palmera y el cactus aburrido.
Cuánto jardín
para tan poca catarsis.
si me trago tus semillas
a golpe de medicamento
es para que florezca algo
dentro de mi estómago:
un magnolio.
He hablado con mis tripas:
son peores que mi cabeza
cuando imagina ecosistemas
y bandadas de estorninos
volando por ahí.
El otro día vi un hierbajo
indomesticable.
Era hermoso entre tanta pulcritud.
Ojalá una serpiente nos vigile hipnótica
y nos quedemos inertes,
algo erizadas,
compartiendo ese terror salvaje.
TRÍPTICO DE LO QUE NO
Tres cosas no acaban nunca-
La guerra.
La sed.
Y la madre.
Almudena Sánchez
en Gramática de mi madre.
La uña rota.
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