Cierroblas puertas de la librería
y dejo afuera el mármol de la existencia.
Escucho entonces cómo laten vuestras voces
desde las estanterías, el drama
de vuestro silencio perpetuo,
El papel distante que pocos
reconocen al tacto, el hijo que une
vuestra encuadernación a mi destino.
Apago la luz. Descanso los ojos
y huelo el aroma de la belleza.
Vicente Velasco
en Los acantilados lunares sobre el hombre.
Kaspar hauser press.
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