Conservo sobre mi escritorio el portarretratos
donde prensé las florecillas blancas
que crecían --luminosas-- en el verano del dos mil diez
a la entrada de un barracón en el campo de exterminio de Birkenau.
Sólo la Naturaleza tiene la audacia de inventar la belleza
en lugares imposibles.
Vega Cerezo
en Los primeros fríos.
Editorial Páramo.
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