UN cauce atraviesas y, al instante,
surge de tu alma un manantial de encantos
y evocaciones, cuyo brillo rompe
un soplo, un fogonazo, un sonido
estridente y disparejo. A su envite
cruzas de nuevo la contraria orilla
donde esperan la duda, el tormentoso
no saber, la inquina paraca del ánimo
altanero, la despreciable sombra
del radiante y alado hijo del sol.
Vicente Cervera Salinas
en El sueño de leteo.
Editorial Renacimiento,
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