jueves, 11 de enero de 2024

Àngels Gregori : Dos poemas de Deberíamos habernos quedado en casa

INVIERNO


Entraste en mi vida

como un febrero cansado.

Como el contenido de una lección

que durante años habías repetido en clase.

Y supiste que la nostalgia

es un ascensor que sube hasta el ático

y con los años prolonga la bajada.

Quizá ya habíamos coincidido,

en otra vida, en otro país,



en la terraza de un bar,

en la cola de un concierto

o abriendo la puerta de los congelados

del supermercado del barrio.

Sé que, como dice la poeta,

nada pasa ni pasará dos veces.

Pero me hubiese gustado encontrarte así,

de repente,

como se caen los botones descosidos de un abrigo.

______________


EL ÁRBOL DE NAVIDAD


El 17 de noviembre del año 1931

nació, en Oliva, mi abuelo.

Ese mismo año, en el Rochefeller Center

los obreros plantaban por primera vez

el árbol de Navidad que cada año vemos en las fotos.


Cada vez que paso por delante

pienso en el árbol, y en mi abuelo,

en que los dos tienen la misma edad.


Este año cumplirán ochenta años,

aunque ya no son igual de altos.




Àngels Gregori

en Deberíamos habernos quedado en casa.

Traducción de Neus Aguado.

Goldall edicions.


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