sábado, 27 de julio de 2013

José Alcaraz: Nota




12. Voy a bajar el sonido de los coches/ hasta que no se oigan. / Y el de las tiendas, / y el de los teléfonos. / El jadeo de los mercados, / el grito de las barriadas, / el sollozo de las oficinas. // Voy a poner mi mano / sobre las bocas de los árboles / para que no cuenten / viejas historias de ahorcados, / y después engrasar / los raíles de las órbitas / y de los caminos al trabajo. // Voy a pedir silencio / en todas las clases,/ hacer de la gente una biblioteca / para estudiarlo.// Quiero que el ruido abando/ este poema,/ escuchar sólo/ tu corazón.



José Alcaraz
en Edición anotada de la tristeza.
Premio de Poesía Joven de RNE, 1012.
Pre-textos.

viernes, 26 de julio de 2013

Javier Lorenzo Candel: Semejanzas

8

Con esa agitación de los maizales
y el esplendor del sol de primavera,
con la belleza del vuelo del torcaz
o la estridencia de un tinglado de grillos
nocturnales, ¿miras la realidad
o intentas entenderla?

Porque seguir el rastro
de las pequeñas cosas no es tan solo asignar
a cada asombro el encanto del ave,
o el maíz que hipnotiza de tanto contemplarlo,
o la virtud del canto de los grillos,
sino también, lejos de la arrogancia,
hacer de cada una la razón
del lugar que ahora ocupas
y que posee los mismos elementos que tu fugacidad.

Todo cuanto contemplas no es tan solo
objeto que a distinta luz
posee distinta sombra,
porque es también el entorno de ti,
una verdad privada que acaso te complete,
tu eterno semejante caminando a tu lado.




Javier Lorenzo Candel
en Territorio frontera
(XXII Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma)
Visor

viernes, 19 de julio de 2013

Alberto Chessa: Sobre la piel

Excavé en cada verso en busca de agua.
En su lugar hallé unas ruinas,
Celosas, como Lázaro, de haber muerto dos veces.
Nada que descifrar: sólo asumirlo,
Sin doma, a brida suelta, como alfabeto propio.
El poema no quiere decir, quiere ser: ser
En sí mismo, en los otros; inventar,
Ya que no florecer, la rosa en cada sílaba.
Sabemos bien que el hombre no soporta
Un exceso de realidad. Tampoco
Lo contrario: el silencio y los desiertos,
Que al cabo dictaminan la renuncia al poema.
La escultura de hielo que Poero de´Medici
Encargó a Miguel Ángel,
Para ganarle el paso a la nieve acumulada
En el patio de su palacio florentino.
Se derritió la nieve y la obra con ella.
Lo conocemos por Vasari,
Que acaso lo intenvó. Y así

Alberto Chessa en
en la radiografía apareció la piel.
Huerga y Fierro editores.

Alberto Chessa (sin barba)