lunes, 27 de abril de 2020

María Victoria Atencia: poemas

LA ALMOHADA


TUVIERA yo una piedra suficiente y capaz, 
una almohada preciosa o una piedra 
donde apoyar la sien y soñar o inventarme 
desde mi corazón a tu capricho, 
porque me examinase de amor y me tuvieses 
como a viña sin amo y perra suelta, 
y así una noche más y tantas noches.


FEBRERO

PARECE una ficción, pero es verdad que brota 
del aire, del mismísimo aire, 
cada febrero, un mirlo 
que viene a aposentarse en mi araucaria.
                                                                  Siempre
Digo las mismas cosas, y yo lo sé. La vida, 
mi vida al menos, 
se construye sobre repeticiones. Sólo cambian 
sus mutuas referencia y auxilios. Dios me libre 
de cualquier modo de falsificarme, 
de suplantar el canto o el vuelo de ese mirlo 
ahora que vuelve, tentador, febrero.


LOS VENCEJOS

CUANDO alcen los vencejos, cenital, su desorden 
y la tarde se ponga, de tan insoportable-
mente bella, del color de la lluvia, 
dale a la desmemoria su espacio suficiente, y olvida 
el descanso de ti, y olvídate de ti, y olvídame, 
y ve con ellos, vete con la tarde.

María Victoria Atencia


en Como las cosas claman (antología poética).
Renacimiento.

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