viernes, 21 de septiembre de 2012

Chema Madoz

El zapato impar, por su parte, resultó muy locuaz y le dejaron desahogarse. Su dueño había perdido el pie derecho en un accidente laboral condenándole a él y al resto del calzado de la casa a aquella suerte de viudez que sobrellevaba con pesadumbre.

-¿Qué fue del otro zapato?- preguntaron las zapatillas deportivas.
-Lo enterraron con el pie amputado, a modo de mortaja, y desde entonces, me siento dividido, fragmentado, incompleto. Antes parecíamos dos, como cualquiera de vosotros, pero éramos uno, porque ahora que parezco uno sé que soy medio.

Juan José Millás
en No mires debajo de la cama.
Editoral booket.

martes, 11 de septiembre de 2012

El corazón de Dios

 Horst Schäfer

En esta larga historia siempre ha habido
silencios que acompañan,
murmullos inaudibles en el aire
como de alguna fiesta en el jardín
de una vaga memoria hecha pedazos.
Tomas las educadas precauciones
de quien teme invadir la casa ajena,
hay que estar más bien solos para oír
en medio del estruendo del orgullo
la voz que habla callando desde dentro.

__

Andar todos sabemos,
pero bailar con músicas que se oyen
en nuestro corazón
es un asunto más bien delicado.
Tú haces fácil lo que es inexplicable,
sigue sin entenderse,
y el baile que no cesa
explicará a lo vivo tu presencia.

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Son de materia indefinida, pero
no dejan de ser tigres.
Existen más bien poco, y sin embargo
suelen tender feroces emboscadas
en la imaginación;
rugen con mucho estilo,
y se esfuman después
de bárbaros zarpazos irreales.
A la larga, de tanto frecuentarlos
se admite que ya son de la familia.
¿De dónde salen éstos?, te pregunto.
¿No habíamos quedado en ser felices?

Carlos Pujol
En El corazón de Dios.
Cálamo poesía.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Poemas de Karmelo C. Iribarren


Foto de Elliot Erwitt
YA PASARÁ

Lo pienso ahora que miro
por la ventana abierta
la autopista, viendo
cómo los coches parpadean
en el último tramo,
antes del túnel. Pienso
que así es la vida y que no
hay más. Un leve guiño
de luz hacia la sombra
a mayor o menor velocidad.


POETA

Me lo dijo
un colega,
la otra tarde:

"Mira, tío,
como sigas así,
escribiendo
en servilletas de papel
por los bares,
acabarán cargándote
el sambenito
de poeta,
ya verás.

Y luego,
a ver qué hostias
haces".


ESO ERA AMOR

Te veía
llegar,
cruzar la puerta,
darme un besazo en el morro,
mirarme a los ojos
de esa manera única,
como sólo tú miras
a los ojos: rompiendo
el calendario.

Te veía
hacer esas cosas sencillas
que tú haces
para que el mundo
entre en razón;

y no sabía
a quién
darle las gracias.


NO HAY MÁS

Al principio
quieres cambiar
el mundo,
y al final
te conformas
con dejar el tabaco.

No hay más.

Así de cómico,
y así de trágico.


PROGRAMA DOBLE

La de miedo
empezaba después,
cuando salíamos
a la calle,

y allí
no estaba
John Wayne.

Karmelo C. Iribarren
en La ciudad 
(Antología 1985-2008).
Renacimiento.