lunes, 18 de septiembre de 2017

Verónica Aranda: Dos poemas

BÚSQUEDA

YO buscaba en tu cuerpo las guirnaldas de ser,
la senda de granados repoblada
con las ardillas grises del silencio,
algún poniente malva
o aquella decisión a corto plazo
que se va meditando en los caminos.


FUGACIDAD

El futuro erizado o en los pezones,
su floración oscura
frente al desasosiego de la alberca.
y no aferrarse a nada. En los lugares
ambiguos del deseo
tan Sólo una canasta de toronjas
y el lino que se rasga en los establos.


Verónica Aranda
En Cortes de luz.
Ediciones Rialp

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Esther Cabrales: Un poema de Erosión

A estas alturas
puedo
estoy en condiciones de afirmar
me atrevo de hecho a verbalizar
a escribir incluso
que estoy fuera del mundo
que me he ido.
Me he ido de mí,
de mí y de todo,
de todo en cuanto estaba,
de todo y de todos.
Fuera del mundo,
me he ido de mí y del mundo,
me hallo
en el afuera de todo
allí
donde no estás tú.

Esther Cabrales
en Erosión.
Renacimiento.

Abraham Gragera: Enigmas de la naturaleza

Para Juan Carlos Reche

ERA mi libro favorito.
Era un regalo de mi padre
lleno de gráficos y epígrafes,
fotografías en color
de máscaras, de buceadores
en el antártico, entre nubes
de krill; de esquirlas de cristal,
de ocelos y cefalotórax
vistos con microscopio cien
veces más grandes, e indecibles,
como lo que sentía con:
y los árboles se volvieron
piedra, escrito junto al fósil
en el que me costaba un poco
dar con el  árbol. O al llegar
a lo de la partenogénesis.
o al tratar de entender qué fue
lo que llevó a las procariotas
a fagocitar otras células,
y a convertirse en eucariotas,
inaugurando la noción
misma de vida, separando
lo vivo y lo inerte en el mar
primordial.
                       ¿Fue de mutuo acuerdo,
la carencia de núcleo y de
membrana respectivamente?
¿O el hambre sin más y la lucha
por la supremacía? ¿Fue
un acto rutinario, ciego,
o  una singularidad? ¿Cómo
se llega a ser nosotros?

Qué hacemos aún allí,
mi padre y yo, sin responder;
yo con mi libro favorito,
él con mi vida por delante;
los dos mirando al infinito
más próximo, no con nostalgia,
sino con nuestra única certeza:
que no nacemos, no morimos
sólo nos separamos.


Abraham Gragera
En O Futuro.
Editorial Pre-textos.