sábado, 29 de noviembre de 2014

Anne Carson: El Beckett de ella

Visitar a mi madre es como empezar con una obra de Beckett.
                Conoces esa sensación de atravesar la corteza,
la densa oscuridad oh no del pequeño cuarto
con paredes demasiado estrechas, tan predecibles.
Tintineo y súbito esfumarse de juguetes que son de la memoria
y por error aparecen ahí, vagando asfixiados
                                                                  en la página del dolor.
                                                                               Peor
                                                                 responde cuando pregunto,
                                                   a pesar del (¿era abril?) brillo vivaz de sus ojos:
"salimos a remar por el Lago Como"
asoma apenas de sus labios.
                  Nuestro amor, ese locuaz instigador,
                               recorre el cuarto
                                             azotándolo todo
                                                               y se esconde otra vez.


Anne Carson
en Decereación.
Vaso roto poesía.
Traducción de Jeannette L. Clariond.

martes, 18 de noviembre de 2014

Wisława Szymborska: Dos poemas de Hasta aquí



RECIPROCIDAD

Hay catálogos de catálogos.
Hay poemas sobre poemas.
Hay obras sobre actores representadas por actores.
Cartas motivadas por cartas.
Palabras que sirven para explicar palabras.
Cerebros ocupados en estudiar el cerebro.
Hay tristezas contagiosas al igual que la risa.
Hay papeles que provienen de legajos de papeles.
Miradas vistas.
Casos declinados por caso.
Grandes ríos con gran participación de otros pequeños.
Bosques hasta sus bordes desbordados de bosque.
Máquinas destinadas a construir máquinas.
sueños que de repente nos arrancan del sueño.
Salud necesaria para recuperar la salud.
Escaleras tan hacia abajo como hacia arriba.
Gafas para buscar gafas.
Inspiración y espiración de la respiración.
y ojalá de vez en cuando
odio al odio.
Porque a fin de cuentas
lo que hay es ignorancia de la ignorancia
y manos ocupadas en lavarse las manos.

A MI PROPIO POEMA

en el mejor de los casos
serás, mi querido poema, atentamente leído,
comentado y recordado.

En el peor de los casos
sólo leído.

Hay una tercera posibilidad:
aunque escrito,
un instante después arrojado a la papelera.

Puedes optar aún por utilizar una cuarta salida:
desaparecer no escrito
ronroneando satisfecho algo para tus adentros.



Wisława Szymborska
en Hasta aquí
Bartleby Editores.
Traducción de Abel Murcia y Gerardo Beltrán.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Leopoldo María Panero: Poema XIV de Rosa enferma.























PSIQUIATRA toxicológico pregunta mi nombre al dolor
Solo él sabrá decírtelo
Solo él sabrá el nombre de una princesa que aúlla
Contra mi piel
Que aúlla contra el absoluto de la noche
Y tiene miedo del silencio
Que se derrumba sobre mi piel
Buscando la eternidad del gusano
El horror de estar vivi
Rezándole a la carne
Horadando la pared con el berbiquí de la sombra
Y contra la amapola del desastre
Que sobrevuela la vida como un pájaro
Y cae sobre ella sin dolor
¡Oh, tú, Stindberg!, que bailabas sobre el dolor
Y orinabas sobre las tumbas
Cuando yo muera quedará solo
Un rastro de baba
Solo una herida sin dolor
Solo una tumba humillada
Solo una flor contra nadie
Solo el nombre de Joyce
¡Ah tu siesta de los Finnegans!
Solo dibujas la eternidad
Como una flor que cae contra el suelo
Y escupe contra el dolor.













Leopoldo María Panero
en Rosa enferma.
Huerga & Fierro.