pequeña caja de tormentas
lunes, 2 de enero de 2023
Cristina Peri Rossi: Exilio
viernes, 30 de diciembre de 2022
Javier Sánchez Menéndez: El sanador
No existe un sanador para lo incierto:
incierta juventud, inciertas posesiones,
incierto y vertical.
La sombra de la encina en esta hora.
Javier Sánchez Menéndez
en Ese sabor antiguo de las obras.
Editorial Chamán.
miércoles, 16 de noviembre de 2022
Andrés García Cerdán: El éxtasis.
Aunque podría estar en éxtasis
admirando las auras
y las desproporciones de Gaudí,
estoy aquí
contigo
en un juego salvaje con tus piernas,
que se abren y se cierran
con toda santidad ante los santos.
Me deshago en el aire
de julio. Voy
escribiendo en mi boca
unas pocas palabras que te digan.
Procuro que sean palabras justas.
En su medida exacta
levanto con saliva y aire
este sueño de Barcelona. Y ya
me da igual que bufen los autobuses
o que la tarde vaya diciendo lentamente adios.
Qué forma de decir que todo acaba
aquel semáforo
en mitad de la nada.
Pero aún
a tus sandalias blancas y a tu pelo dorado,
que se desborda
sobre los hombros sin piedad,
me entrego.
Me estremezco y doy gracias
a la libido
y a esta intimidad de los cielos abiertos.
Hierve el barro en mis ojos esta tarde,
un barro altísimo
y vertical.
Creo que te llevaba dentro
desde el principio,
oh tarde de verano,
que estoy aquí
porque ya había estado antes
y había escrito este poema
y había dicho
la luz
en la que estabas tú desconociéndome,
olvidándome ya
antes de conocernos.
Hermosa adolescente,
les haces una última foto a las cúpulas
y guardas el teléfono
y te vas otra vez.
Pero antes te levantas
y vienes y me besas en la boca.
Así te desvaneces por la calle
como una burbuja
y yo ya sólo leo tu desaparición.
Andrés García Cerdán
en Químicamente puro.
Pre-textos.
domingo, 4 de septiembre de 2022
Mary Oliver: En nuestros bosques, algunas veces una extraña música
Luis Escavy: Dos mundos
Me sorprenden los restos del poema.
Sin que hubiera previsto
la materia que creo cuando escribo
dos mundos se suceden en la página.
A un lado los poemas
que traducen la vida
o la hacen mejor de lo que fue.
Al otro lo que soy, mis borradores,
mi nada, mi equipaje,
ese mundo que amo y que traiciono.
Luis Escavy
en Otra noche en el mundo.
Sonámbulos.
jueves, 25 de agosto de 2022
Sharon Olds: Lo que bien amas
Y luego, por la noche, me despierto, y no soy
capaz de recordar cómo conocía a mi ex,
y pienso: dejé entrar a un desconocido
a mi vida. Luego recuerdo que nos conocimos
en una fiesta, era el amigo de un amigo de un amigo: todos
estudiantes de medicina que, a mis ojos, daban la impresión,
aquellos días, de estar garantizados y asegurados.
Pero no lo conocía a él. De repente entiendo
que mis padres fueron para mí dos desconocidos:
como una pareja de la calle, los dejé entrar,
en una oleada de alquimia, a las células
de mi cuerpo y mi cerebro, les di una existencia nueva,
no sabía quiénes eran, y cuando me mostraron
quienes eran, no me lo creí,
no quería conocerlos, quería que fueran desconocidos,
no quería verlos: y a mi pareja elegida,
no podía, o no quería, conocerla, y
no podemos amar lo que no conocemos, o no
podemos amarlo suficientemente bien. "Lo que
bien amas permanece, el resto es escoria
Lo que bien amas no te será arrebatado
Lo que bien amas es tu verdadera herencia".
Sharon Olds
en Arias.
Valparaíso ediciones.
Traducción de Andrés Catalán.
martes, 23 de agosto de 2022
Nuria Ortega Riba: El árbol.
UNA va arrastrando los pies
intentando esquivar la soledad
con un té hirviendo en la mano
y se para otra vez en este árbol
a escribir las mismas cosas
de otro modo diferente.
Engañar a los días no es tan fácil,
piensa una.
Pero qué otra cosa puedo hacer
sino pararme otra vez en este árbol.
Nuria Ortega Riba
en Las infancias sonoras.
Rialp. Premio Adonáis 2021.