martes, 26 de junio de 2018

Noelia Illán Conesa: Poema


Escribe un poema donde me persiga la policía,
uno donde las autoridades me busquen
y no haya perímetro de fuga posible.
Un poema donde todo el universo
y sus satélites y los contrarios también
y todos los poetas
conspiren contra mí.
Para que así una noche me tengas,
para que me esposen a tus manos
y ya no importe el resto,
sin distancias ni conflictos.
Una sola noche nos basta,
unas horas quizá, tal vez ocho.
Escríbelo y ponme ahí,
atada a tu boca, metida en tu pecho,
fijos en tus ojos mis ojos de gata.


Noelia Illán Conesa
En Volver a brindar con extraños.
La Montaña mágica/Calblanque libros.

viernes, 15 de junio de 2018

Ben Clark: La habitación

Si observas bien el centro de esta página
verás la casa donde mis hermanos
y yo nacimos. Tiene
un pino centenario en el jardín
y detrás un taller de ceramista.
Dos humildes milagros que he buscado
sin éxito en los pisos con terraza
y en la infancia distópica que sueño
después de cada orgasmo.
Acércate a la casa, nuestras perras
no muerden y las puertas no tienen cerradura.
Puede que oigas la voz de nuestra madre.
Escúchala y sabrás todas las cosas
que no dice este libro.
Muy cerca de la voz está el estanque
de los peces y el cuarto más pequeño.
No creo que me encuentres leyendo poesía.
Estaré con mis fósiles
o dibujando bestias luminosas
del fondo del océano.
Pasa, no puedo verte. Soy un niño
en medio de un poema, nada más.
Seguiré dibujando, aunque te acerques.
Esta es la habitación de quien escribe,
puedes mirarlo todo.
Fíjate bien en todos los detalles.



Ben Clark
en La poesía celeste.
Visor poesía.

jueves, 7 de junio de 2018

Ángel Javier Aguilar Bañón: dos poemas de Maneras de deshacerse

EL OLVIDO DE TI QUE ES TU CUIDADO

Lo que busca la hiedra, tan callada.
La hoguera de las nubes en el cielo.
El agua tenebrosa,
Su maullido al llegar a las orillas
Con los juncos postrados.
El vaivén de los árboles desnudos.
Cuando el amor vacía la mirada,
transparenta tus ojos en el éxtasis
y lo ves. El temblor hueco del fuego,
el invisible frío,
el estremecimiento de la nieve,
allí donde señala la copa del ciprés.
Las hojas desprendidas
dejándose llevar por ventoleras.
Estarse deshaciendo
mientras ves cómo cae
la tarde hacia la nada.
El ulular del viento,
la oquedad que satura la tormenta.
Tus horas bajas, el escalofrío
o ante el espejo, la desposesión,
ese vacío pleno,
Ese desierto al que tanto temes.
El olvido de ti que es tu cuidado.


LOS PÁJAROS SE INCENDIAN
(Puesta de sol en Paterna del Madera)

Huele a hoguera el sol al despedirse
de la cal de la casa que crepita
en el valle, y son brasas de un cielo
consumido las flores del almendro.
Las llamas prenden en las copas
de los pinos. Los pájaros se incendian.
Ya todo en la sazón,
que queda sino arder,
arder en el silencio.


Ángel Javier Aguilar Bañón
En Maneras de deshacerse.
Ediciones QVE

martes, 5 de junio de 2018

Joan Margarit: Coraje

La guerra ha terminado, pero la paz no llega.
La tarde cae ruda y silenciosa.
Miro a mi abuela -tengo cuatro años-
mientras mea de pie junto al camino
con las piernas abiertas debajo de la falda.
Siempre que lo recuerdo, vuelve el chorro,
poderoso, a caer contra la tierra.
Fue ella quien me enseñó que el amor es
claridad y dureza al mismo tiempo,
que sin coraje nadie puede amar.
No era literatura: no sabía leer.



Joan Margarit
en Un asombroso invierno.
Traducción del propio autor.
Visor.