miércoles, 2 de junio de 2010

El arte de agarrarse


Nuestro desvelo es nuestro bosque
Blanca Varela


Cuando tiendo los brazos, las crestas de la noche
me hieren en las manos.
El arpón
del capitán Ahab fue su asidero,
cuando cruzó la oscuridad
siguiendo una blancura detrás del horizonte,
entrevista, incierta, deslizándose a la sombra.

Noviembre ruge mientras termino este libro,
como un ciego termino de escribir
tanteando la noche.
Y lo que toco
al alargar los brazos es mi esposo
dormido con su larga espalda,
como de galgo blanco
saliendo por encima de las mantas,
encima de los restos del invierno;
cuando se marche
también su claridad será un filo en la sombra,
incierto animal deslizándose
a la sombra, imaginado
para describir el desastre,
los filos de sus crestas me cortan al asirme.

Desconfío, noviembre ruge.
Ya sé lo suficiente
para terminar este libro,
pero de qué hablará.

Escribo encima de mi esposo,
transformando en mi cuerpo las palabras
y lo lanzo contra la noche.

Cristina Morano
en El arte de agarrarse.
La Bella Varsovia.

1 comentario:

Cristina Morano dijo...

Gracias por la difusión y por poner mi foto fumando en la derecha...

Nos vemos el martes.

Cris