Esta noche,
bajo las rojas rocas lunares,
pensaba cómo una gran poesía
podría mostrar al dios
encarnado en este lugar.
Césare Pavese.
La mirada en la ventana
y en la ventana resplandeciente
una mujer.
Es el Principio y el Final.
Sin ella no hay edificio,
no hay construcción.
Ni pequeña muerte desnuda,
ni voz ronca
que se desprenda de la roca lunar
sobre un corazón gastado.
Lo dijo Pavese.
Shakespeare lo hizo, según él, mejor que nadie.
Y la encarnada luz le cegaba los ojos
Luisa Pastor
En Las tosas terminan.
Amurallaría Ediciones.
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