ESTE ensayo de luz, esta algarada
de pájaros poblando el aire, ajenos
al ruido de los hombres,
tan fuera de lugar, tan de este modo,
tan fuera de este espacio y de este tiempo.
A veces hay un súbito silencio,
un callarse de máquinas y voces,
y se hace más patente
la presencia del agua en sus regatos,
el vuelo mudo
de las aves bajo esta luz que empieza
a sacarnos despacio de las sombras.
Mira.
Míralo todo bien, muy lentamente,
pues aún no sé qué formas
guardará mi retina en este instante
en que deje de ser, junto a estas obras,
luz yo también, materia del olvido,
aquí,
junto al mundo que importa y no se advierte,
en estos campos, estos huertos donde,
si aplicas el oído, si escuchas
con atención, oyes crecer la hierba,
sientes crecer el higo y darse en mieles,
ofrecerse a la mano y a la boca
en un humilde ciclo donde todo
se multiplica y cesa en un instante,
donde es un gesto simple la existencia,
un transcurrir sencillo,
sin ambición ni tacto, sin medidas
de lo mundano, atroz, de lo que sobra:
sólo un dejarse llevar, porque aquí
vivir, morir, son una misma cosa.
Pedro Antonio Martínez Robles
en El ámbito de la luz.
Algaida. Poesía.
Premio internacional de poesía José Zorrilla.
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